¿Quién es Verónica? O mejor dicho: ¿quién era? Se trataba de una chica de 14 años que, estando en el pueblo con sus amigos, hizo espiritismo en una casa abandonada. Todo el mundo sabe que es algo tremendamente peligroso y que jamás debe tomarse como un juego. Ella no siguió las reglas de los fanatasmas, se burló durante toda la invocación y una silla que había en la habitación cobró vida y la golpeó mortalmente en la cabeza.
Sin embargo, Verónica aún no descansa en paz. Su espíritu está condenado y vaga buscando venganza entre aquellos que no saben respetar el Más Allá, como le sucedía a ella en la vida real.
Ana era una chica de la edad de Verónica que conoció la leyenda en su instituto. Sus amigos la picaron, diciéndole que no se atrevía a decir 'Verónica' nueve veces ante el espejo. A ella le daba miedo, pero venció su terror porque le avergonzaba quedar mal ante todo el mundo. Una compañera fue a los servicios de esa planta del instituto para comprobar, entre risas, si cumplía la prueba.
Lo hizo, no pasó nada y el grupo lo olvidó enseguida. Menos Ana. Para ella la auténtica pesadilla comenzó esa misma noche. Estaba en la cama, cuando un sonido la despertó. No se trataba de un estrépito, sino de una especie de susurro indescifrable que oía cerca de la nuca, mientras sentía como si alguien respirara en su cuello. Aterrada, se levantó y encendió la luz. Allí solo estaba ella. A pesar de eso, no pudo dormir en toda la noche. Al día siguiente, no se atrevió a contárselo a nadie. Estaba muerta de miedo y de sueño, y en medio de la clase tuvo que salir al servicio para mojarse la cara y despejarse. Pero cuando entró al baño, hacía mucho frío (como estaban en invierno no le dio importancia) y una capa de vaho cubría el espejo. Ana lo limpió con la mano para comprobar horrorizada que tras ella había una chica que no había visto jamás, con una expresión de espanto y sangre en la cabeza. Fue solo un instante. Cuando se volvió a mirarse, ya no había nadie. Ana rió nerviosamente, pensando que todo era fruto de su imaginación, los nervios y el cansancio. Sin embargo, cuando se volvió hacia el espejo vio algo que la dejó helada. Al borrarse el vaho una frase había permanecido escrita: 'Soy Verónica. No debiste invitarme a volver'.
Ana no pudo soportarlo. Hoy pasa sus días encerrada en un manicomio, y solo habla para jurar y perjurar que el fantasma de Verónica la sigue atormentando
http://www.youtube.com/watch?v=QONG4yzRG_w&feature=fvst
Comida de gatos =muerte
Lo ví en la televisión, en las noticias, cuando yo todavía era un niñita de ocho años y estava a punto de cumplir nueve, mi familia solamente tenía un televisor con el cual se podían ver cosas en alemán y yo lo entendía porque aprendí el alemán de mi abuela...
Esto pasó en un frío día de invierno en la tarde, cuando un joven de aproximadamente 20 años, estaba solo y encerrado en su casa con su padre (su madre había muerto), por ese terrible frío.
Afuera no había sol, todo estaba nublado y grís.
En la casa tenían muchos gatos.
En esa tarde el joven estaba muy enojado con el padre, pero nunca se descubrió el motivo, el joven tomaba mucha droga, y estaba empezando a perder el control de su rabia que realmente era muy grande, así que fué a la cocina y tomó un gran cuchillo (que en la casa usaban para cortar la carne que le daban a los gatos) y fué a la habitación de su padre...
Cuando llegó, su padre estaba dormido y el joven decidió apagar la lúz del dormitorio para hacer lo que había planeado en la cocina.
Decidido y con el cuchillo bien apretado en la mano, se acercó al cuerpo de su padre que apenas podía ver en la oscuridad y se lo enterró en el pecho...
El padre apenas alcanzó a despertarse y a soltar un fuerte grito de profundo dolor, que no le importó nada al hijo...
Pocos minutos después, el joven decidió que era mejor hacer algo con el cadáver, ántes de que alguien lo descubriera, así que lo llevó hasta la cocina...
Se encerró con llave en la casa para que nadie entrara y cerró las cortinas de toda la casa para que nadie lo espiara casualmente y volvió a la cocina.
Nuevamente tomó el cuchillo que todavía estaba empapado con la sangre del padre y empezó a cortar al padre en pedazitos...
Ántes de cenar, (como siempre lo hacían el joven y su padre) el joven le sirvió los pedazitos de su padre a los gatos y como igual sobraban muchos, él se comió el resto.
Al día siguiente se levantó y bajó al living y se encontró con la mayoría de los gatos muertos y algunos todavía muriéndose del insoportable dolor de estómago que sufrían...
En ese instante al joven le vino un horrible pensamiento :
>>"Me moriré yo también del dolor de estómago por haber comido los pedazitos de mi padre?""Será ese mi castigo por haberlo matado?"
La leyenda de la discoteca Androides
En los años ochenta, la discoteca Androides era una de las más
conocidas de la ciudad. Estaba situada en la Calle Alfares muy cerca de un cruce
de calles denominado popularmente Cuatro Caminos. Muchos son los hechos extraños
que se contaron acerca de ese local. Algunos hablaban de vasos que se estallaban
sin nadie tocarlos. Una joven describió perfectamente como de los baldosines
de las paredes del cuarto de baño brotaban chorros de sangre. Alguien
contó que durante un apagón durante una nochevieja un frió
intenso recorrió todo el local e hizo que las copas se congelaran en
las manos de la gente en cuestión de segundos.
De todas maneras la historia más extraña y terrorífica
de la que tenemos noticias, y que según muchos fue la causa de su cierre,
fue la historia que narramos a continuación con nombres supuestos ya
que los protagonistas son una familia muy conocida en la ciudad: La noche de
un sábado cualquiera de invierno Pablo conducía su moto hacia
la discoteca Androides. Aquella noche, sus amigos no habían regresado
de Madrid, pues estaban allí estudiando, pero Pablo decidió tomar
una copa con la esperanza de encontrar otra alma solitaria con quien hablar.
De repente, cuando enfilaba la calle Alfares, un fuerte aguacero comenzó
a caer sobre la ciudad. Gracias a Dios, Pablo estaba muy cerca de la discoteca,
así que aparcó su moto en un callejón cercano llamado Cerrillo
de San Roque y bajo una cornisa, comenzó a atar con su cadena, los radios
de la moto al poste de una señal de tráfico. De repente un escalofrío
rozó su nuca y miró atrás. La sombra de una joven de unos
dieciséis años, vestida con una leve blusa de seda y una falda
también de tela muy ligera estaba observándole. La chica estaba
totalmente calada. El agua caía de su pelo rubio y lacio sobre sus hombros,
y el color de rimel de sus ojos formaba un reguero de lágrimas negras
sobre su cara. Pablo, se puso en pie y viendo que la chica temblaba, se quitó
su chaqueta motera de cuero y se la echó encima. Pablo le sugirió
llevarla a su casa pero ella se negó, así que le invitó
a entrar a la discoteca y tomar una copa. La cara de la muchacha era pálida
y triste, pero esgrimió una leve sonrisa y entró junto con el
chico al local. Allí conversaron durante horas y casi a las cinco de
la mañana, Pablo cogió su moto y la llevó hasta su domicilio.
Una pequeña casa baja, en la calle de la Luna. Allí en la puerta,
la muchacha cuyo nombre no había preguntado le dió un pequeño
beso en la mejilla y le entregó una fotografía de carnet.
Al día siguiente, Pablo, muy ilusionado por tener una nueva amiga que
además le gustaba como no le había gustado otra mujer en su vida,
se encaminó hacia la casa de la muchacha. Tras varios golpes. Una mujer
de unos cincuenta y muchos años abrió la puerta. -¿Está
su hija? - Preguntó Pablo. - No haga usted bromas, joven - Contestó
la mujer - Mi hija murió hace tres años en un accidente de moto.-
Pablo no daba crédito a lo que oía. La foto que había colocado
bajo su almohada coincidía con la hija de aquella triste señora.
Pablo no se resignaba y creía que todo era una macabra broma. Tan empeñado
estaba Pablo en su afirmación que la mujer le acompañó
hasta el cementerio. Allí sobre una tumba con el nombre de su amada estaba
colocada la chaqueta que la noche anterior le había prestado. Ahora Pablo
continúa en tratamiento psiquiátrico. Tras conocerse la historia
que incluso salió publicada en la prensa local, la discoteca Androides
cerró.
Cumpleaños maldito
Tres amigos fuimos a casa de uno de ellos y decidimos hacer la ouija. Tras unos intentos no conseguimos contactar con nadie ni con nada y decidimos intentarlo una última vez. La moneda con la que estábamos haciéndolo se empezó a mover, nosotros, creyendo que era un juego pero en el fondo muy asustados, le hacíamos preguntas estupidas. El espíritu era una niña de unos 5 años llamada Anastacia nos dijo que había sido asesinada por su madre en esa misma casa. Tras rato de entretenimiento uno de nosotros tuvo que irse y los demás lo acompañamos.
Al día siguiente, lo volvimos a hacer y nos salió lo mismo. Entonces tuve que irme a misa de un difunto familiar y decidimos dejarlo por segunda vez pero mis amigos siguieron con ello. Cuando llegué a la casa donde estaban todos, estaban hablando con Lucifer y a una amiga la dijo que iba a acabar con ella y con su padre en un día especial. Nosotros no le dimos mayor importancia ya que pensábamos que eran meramente tonterías.
Un mes más o menos después, el día de mi cumpleaños, la chica a la que Lucifer la había amenazado con la muerte, se dirigía en coche hasta mi casa que está en un pueblo alejado del suyo. Ya eran las 22:00 pm y habíamos quedado en la plaza a las 20:30 pm. Como tenía ganas de emborracharme ni la esperamos y nos fuimos directos al botellón. COn un par de copas encima, me fui a dar un paseo con mi novia. De lejos vimos a alguien, nos acercamos y descubrimos que era ella. Como era mi cumpleaños se acerco y me dio un abrazo. YO, al poner mi mano en su espalda vi claramente que estaba húmeda y con algo punzante. Me retiré asustado y vi que en mi mano sólo había sangre. Al girar la cabeza y mirara hacía ella, ya no estaba. Mi novia se había ido a por unas copas y al regresar me vio asustado, de rodillas en el suelo mirando hacía la mano. Se inquietó y me preguntó que me pasaba. Yo no se lo conté ya que mi amiga había desaparecido. Decidí irme a casa aunque era temprano.
Esa noche soñé con ella y con un accidente. Ella me habló de un hierro que tenía clavado en la espalda y de su padre muerto a su lado. Me desperté corriendo y estaba sudando. Decidí levantarme a ver un poco la televisión y vi en el telediario que, en la carretera por la que se va a mi pueblo, había habido un accidente de una chica con su padre.
Desde entonces el 14 de Octubre de cada año, sueño con ella y en esa misma carretera hay un accidente.
Esta historia nos pasó a unos amigos y a mi, era la noche de san Juan del año 2000, mis amigos y yo como todos los años encendemos una hoguera en la playa y nos ponemos hacer tonterías a alrededor, pero este año escuchamos una leyenda a cerca que si saltas por encima de la hoguera diciendo el nº 666(nº del diablo),el diablo vendrá y te llevara con el al infierno, pues nosotros quisimos comprobarlo. Éramos cuatro: Marta, Juan, miguel y Silvia (yo) empezamos a saltar. en primer lugar Juan, luego marta, después miguel y por ultimo yo. Al terminar escuchamos un zumbido muy grande en nuestras cabezas pero no le dimos importancia. después de pasar esto por extrañas circunstancias nos fuimos separando. El 25 de junio del 2001 me entere de que Juan la noche anterior había muerto al quemarse en su cuarto por una corriente que ocasiono el fuego. Al año siguiente me entere de que marta había dejado el fuego encendido de la cocina y empezó arder la casa con ella dentro sin poder rescatarla. Este año miguel tuvo un accidente el 24 de junio y había murto a cusa del que el coche exploto. Todos han muerto la noche de san Juan acusa del fuego para el 24 de junio del 2004 me tocara morir yo se que nadie podrá hacer nada por impedirlo pero quiero que hagáis una cosa nunca juguéis con el nº o el diablo se llevara tu alma.
Hace ya varios años, a las afueras de la ciudad (bogotá), se inauguraba una nueva discoteca-bar.
El lugar quedaba a unos 10 o 15 minutos de la capital y en esa parte se oían historias de espantos pero nunca se comprobó nada y todo quedó en simples leyendas. Eran 7 amigos ( 3 hombres y 4 mujeres), los 3 hombres tenian cada uno su pareja, es decir que sobraba una mujer en el grupo (la que llamare Ana) pero a ésta no le importó ir sin pareja, con tal de que la llevaran a bailar.
LLegaron al sitio, en esos dias de inauguración, y al acercarse notaron un ambiente frio y espectral... pero no pusieron mucho cuidado y entraron. Pasó la noche y el ambiente estaba delicioso para ellos, buena música, buen servicio, buen trago, en fin, todo iba bien hasta el momento pero Ana que estaba sola, estaba un poco aburrida porque no habia nadie en el lugar que le interesara y aunque varios muchachos la habian sacado a bailar, ésta no aceptaba.
Pasadas las 23:30pm, de la nada (segun cuenta mi amigo), apareció un tipo muy simpático por cierto, muy alto, acuerpado, con una sonrisa impactante y de gabardina negra y sombrero. Se acercó a Ana y la invitó a la pista, le extendió la mano y Ana impactada con él no lo dudo y accedió a bailar con él. Cuando tomó la mano de aquel hombre la sintió muy fría pero Ana no le dió mucha importancia a aquello.
Duraron un buen tiempo bailando y hablando pero según cuenta Ana, él nunca le dijo el nombre y solo se limitaron a hablar de ella y de temas al parecer incoherentes para Ana, pero ella le seguía el juego porque estaba encantada con aquel hombre. Pasadas las 24:00pm de la noche, en medio de la conversacion y aún bailando con Ana, aquel hombre (repito segun cuenta Ana), le dice o advierte a Ana que no mirara sus pies, Ana pregunta por qué y él no responde, sólo dice, "No me mires los pies".
Ana no lo tomó muy en serio en el momento y sonrio y siguió bailando, pero como las cosas prohibidas suelen ser las que mas se hacen y las que mas curiosidad provocan, Ana intrigada por saber por qué aquel hombre le había hecho ésta advertencia, decidió disimuladamente agachar su cabeza y observar los pies de aquel hombre. Y cual sería la sorpresa de Ana, cuando los pies de él, eran unos cascos de animal ( como cascos de caballos o cabras). Ana grito despavorida y aquel hombre gritó con voz retumbante y espectral..y con sus ojos ardientes : " te dije que no me miraras los pies !!! "...
Esto le pasó a una familia de los E. U., un día fueron a comprar en una tienda de antigüedades y vieron un piano viejo a un muy buen precio, éstos lo compraron y solo eso por que algunas cosas no les gustaron. Ya en su casa instalaron el piano y se fueron a cenar...de repente se escucha una canción proveniente del piano, los habitantes de la casa fueron a ver quién tocaba muy extrañados ya que no había nadie mas que los que estaban cenando que eran: la madre y el padre,y dos hijos que ya eran mayores de edad...
Éstos se asustaron y cubrieron el piano.
En la noche,cuando todos ya se encontraban en sus camas otra vez se escuchaba la misma tonada. Solo bajaron los hijos a ver que pasaba y para su sorpresa el piano estaba destapado y pareciera que alguien estaba tocando el piano porque las teclas se subían y bajaban. Ambos corrieron a sus habita ciones y no salieron hasta el día siguiente.
Los padres decidieron sacar el piano para el porche y ahí se quedó.
Esa misma noche otra vez empezó a tocar.
Los padres ya horrorizados llamaron al antigüo dueño del piano,este había desaparecido junto con la tienda de antigüedades que quedó como el local sucio y vacío de antes.
Entonces decidieron ir a tirarlo a un lugar abandonado.
ya de regreso encontraron el piano dentro de su casa con la tonada y hasta la actualidad no se han podido librar de él...
Cuando logro abrir los ojos veo que me encuentro sumergida en un escenario de lo más horrendo.
Esto parece una habitación de una fábrica abandonada o algo por el estilo.
Las paredes están carcomidas de óxido, las toco y hay algo húmedo… maldita sea ¿Es sangre?
Trato de ponerme de pie pero hay una cadena que amarra mi tobillo y no me deja moverme.
Tengo miedo. No se donde rayos estoy ni como llegué ahí.
Lo último que recuerdo es que estaba en el baño de mi escuela, dirigiéndome hacia la puerta para regresar a mi clase.
Luego la oscuridad.
El ambiente huele a metal y a putrefacción, mi estómago no demora mucho en sentir las potentes ganas de vomitar. Conteniendo las arcadas, me arrastro un poco más por el mugriento suelo y veo una ventanilla cerca de mí.
Está llena de polvo, la limpio con la manga haber si consigo ver algo.
Lo logré.
Me asomo cuidadosamente y veo unas sombras moviéndose.
Aguzo la mirada y consigo ver mejor lo que ocurre.
Hay una niña sentada en el suelo, tiene la misma cadena que yo en el tobillo, impidiéndole moverse. Tiene un rostro delicado, es mucho menor que yo y usa un uniforme escolar que se me hace familiar, pero no es el mismo que estoy usando.
Está llorando, todo de ella está temblando y desde aquí puedo escuchar sus sollozos. Demonios… ¿Qué es este lugar?
Entonces veo a una persona que se acerca. Está usando una clase de sotana, pero no le veo el rostro. No está sola, otro ser se acerca por detrás.
¿Todo está listo? pregunta una de ellas. Tiene voz femenina.
Si afirma su acompañante, que es un hombre.
Perfecto.
¿Deberíamos de llevarla ya?
No. Va a ser aquí mismo, no quiero ningún testigo que no seamos nosotros.
Como tú digas… ya te he traído las cosas y el hombre fue a traer una caja.
La mujer se arrodilló para ver a la niña.
¿Cómo te llamas? le preguntó.
Adele Collins respondió con voz angelical y delicada, sorbiéndose los mocos.
Bien. Y dime Adele… ¿Sabes que haces aquí?
La niña negó y la mujer le sonrió.
Eres muy especial Adele. ¿Lo sabes verdad? Yo he escuchado cosas de ti, me han dicho que eres distinta a los demás niños de tu edad. Haces cosas… que sobrepasan la lógica ¿O no?
Adele miró a la mujer fijamente.
Quiero ver a mi mamá.
La mujer volvió a sonreír.
Vamos a hacerte normal, Adele. Tu mamá desearía que fueras normal como los demás niños y vamos a ayudarle. Y vas a colaborar con nosotros ¿Bien? Esos poderes que tienes no son buenos, Adele, vas a hacerle daño a muchas personas y vamos a acabar con esto de una vez. No temas… todo esto es por tu bien.
Sentí un escalofrío en todo el cuerpo. ¿Esa niña tenía el mismo problema yo? Si... yo recordaba muy bien las cosas que podía hacer. Yo sabía que no era normal.
En un fugaz momento recordé como mis compañeros de aula me amenazaban y se burlaban de mi... solo porque no era igual, hacía cosas que sobrepasaban la lógica, así como Adele... Oh Dios.
La primera vez que me ocurrió fue cuando yo tenía cinco años, uan tarde de Mayo me estaba sintiendo tan triste porque mi mamá estaba enferma que comencé a llorar con desenfreno... todos los platos de la cocina se cayeron con mi llanto y las luces parpadearon.
Fue solo el comienzo de los desastres que mi ánimo lograba hacer.
Adele sufría de lo mismo... quizás.
El hombre sacó entonces una tiza de la caja y comenzó a dibujar algo en el suelo, yo no podía ver bien que cosa era. La mujer desencadenó a Adele y la sostuvo con fuerza.
Apresúrate Connor dijo la mujer con frialdad y su acompañante le hizo caso.
Sacó una caja pequeña de fósforos, una botella negra y después de mantuvo en silencio.
Comencemos dijo la mujer sonriendo.
Tumbó a la niña en el suelo mientras la criatura lloraba con fuerza desgarradora, eran gritos aterradores, tuve que hacer una fuerza tremenda para no gritar también del miedo que sentía.
La mujer encadenó a Adele con unos grilletes que yo había pasado por desapercibidos, de tal manera que la niña no podía moverse más y estaba dentro del extraño dibujo del hombre.
¡Purificad! exclamó la mujer levantando los brazos – ¡Atrás espíritus malignos! ¡Dejen en paz a esta criatura!
El hombre roció a la niña con el líquido de la botella y sacó unos fósforos.
Lo que sigue, hizo que me cubriera el rostro con las manos y comenzara a llorar del miedo.
Adele comenzó a gritar de forma sobrenatural, jamás iba a olvidarme de aquellos gritos tan espantosos.
De reojo pude ver que su cuerpo se carbonizaba y la mujer seguía diciéndole cosas a la nada, como si hablara con alguien que no existiera.
¡Quiten sus poderes sobrenaturales y demonizados de este ser! ¡Atrás, malignos! ¡Sententia Excelsus! ¡Malignus Anima!
La niña seguía gritando y entonces poco a poco, el silencio llegó.
Me estaba cubriendo la boca para no gritar, las lágrimas me caían por las mejillas como un torrente que no paraba.
¿Qué era ese maldito lugar? ¿Qué estaba haciendo ahí? Dios mío… ¿Qué está pasando?
El hombre arrojó una cubeta de agua sobre el cuerpo de Adele poco después.
Parecía que se seguía moviendo, pero no se si mi vista que me estaba fallando.
Hemos terminado con una dijo él.
Nos falta purificar a las demás niñas, Connor. Una naturaleza perversa les ha dado aquellos poderes tan sobrenaturales… tenemos que purificarlas antes que sea tarde, la cazería tiene que continuar. Luego llama a los demás, tendremos la ceremonia final dentro de unas horas.
Vamos, aún hay más en las demás celdas.
Y vi que desaparecían, dejando el carbonizado cuerpo de Adele.
La observé, totalmente quemada y vi que se movía.
Sus ojos que casi ya no existían se posaron en mí.
Hu… escuché –Huye… dijo con voz entrecortada y con un dificultoso suspiro, dejó de moverse.
Escuché unos pasos que se acercaban a la habitación donde me encontraba.
Saqué un rosario que tenía colgado del cuello y miré el cuerpo de Jesucristo.
Ayúdame susurré cerrando los ojos con fuerza –Ayúdame.
Me abracé a mi misma en el suelo y traté de olvidarme donde me encontraba.
Quise dormir, tratando de dominar mi miedo.
Llegó el silencio y la obscuridad antes que los pasos se hicieran más fuertes.
No sé que me ocurrió después.
Al día siguiente, lo volvimos a hacer y nos salió lo mismo. Entonces tuve que irme a misa de un difunto familiar y decidimos dejarlo por segunda vez pero mis amigos siguieron con ello. Cuando llegué a la casa donde estaban todos, estaban hablando con Lucifer y a una amiga la dijo que iba a acabar con ella y con su padre en un día especial. Nosotros no le dimos mayor importancia ya que pensábamos que eran meramente tonterías.
Un mes más o menos después, el día de mi cumpleaños, la chica a la que Lucifer la había amenazado con la muerte, se dirigía en coche hasta mi casa que está en un pueblo alejado del suyo. Ya eran las 22:00 pm y habíamos quedado en la plaza a las 20:30 pm. Como tenía ganas de emborracharme ni la esperamos y nos fuimos directos al botellón. COn un par de copas encima, me fui a dar un paseo con mi novia. De lejos vimos a alguien, nos acercamos y descubrimos que era ella. Como era mi cumpleaños se acerco y me dio un abrazo. YO, al poner mi mano en su espalda vi claramente que estaba húmeda y con algo punzante. Me retiré asustado y vi que en mi mano sólo había sangre. Al girar la cabeza y mirara hacía ella, ya no estaba. Mi novia se había ido a por unas copas y al regresar me vio asustado, de rodillas en el suelo mirando hacía la mano. Se inquietó y me preguntó que me pasaba. Yo no se lo conté ya que mi amiga había desaparecido. Decidí irme a casa aunque era temprano.
Esa noche soñé con ella y con un accidente. Ella me habló de un hierro que tenía clavado en la espalda y de su padre muerto a su lado. Me desperté corriendo y estaba sudando. Decidí levantarme a ver un poco la televisión y vi en el telediario que, en la carretera por la que se va a mi pueblo, había habido un accidente de una chica con su padre.
Desde entonces el 14 de Octubre de cada año, sueño con ella y en esa misma carretera hay un accidente.
Cuidado con el nº 666
Esta historia nos pasó a unos amigos y a mi, era la noche de san Juan del año 2000, mis amigos y yo como todos los años encendemos una hoguera en la playa y nos ponemos hacer tonterías a alrededor, pero este año escuchamos una leyenda a cerca que si saltas por encima de la hoguera diciendo el nº 666(nº del diablo),el diablo vendrá y te llevara con el al infierno, pues nosotros quisimos comprobarlo. Éramos cuatro: Marta, Juan, miguel y Silvia (yo) empezamos a saltar. en primer lugar Juan, luego marta, después miguel y por ultimo yo. Al terminar escuchamos un zumbido muy grande en nuestras cabezas pero no le dimos importancia. después de pasar esto por extrañas circunstancias nos fuimos separando. El 25 de junio del 2001 me entere de que Juan la noche anterior había muerto al quemarse en su cuarto por una corriente que ocasiono el fuego. Al año siguiente me entere de que marta había dejado el fuego encendido de la cocina y empezó arder la casa con ella dentro sin poder rescatarla. Este año miguel tuvo un accidente el 24 de junio y había murto a cusa del que el coche exploto. Todos han muerto la noche de san Juan acusa del fuego para el 24 de junio del 2004 me tocara morir yo se que nadie podrá hacer nada por impedirlo pero quiero que hagáis una cosa nunca juguéis con el nº o el diablo se llevara tu alma.
El duende
No sé si esto sea cierto, pero la persona que me lo contó (una persona en la que confío y le guardo mucho respeto), lo hizo con mucha seriedad y con plena seguridad de que es verdadera.
En la selva peruana (un país latinoamericano) hay muchos mitos y leyendas que se creen son ciertos, aunque mucha gente los da por simples cuentos de viejas.
La historia comienza realmente aqui, cuando un amigo (al que llamaré Juan) viaja junto a su esposa, su hijo pequeño y un amigo (al que llamaré Marcos) a la selva para asistir al matrimonio de un pariente de Juan y amigo de Marcos.
Ya que ese pariente conocía las leyendas de la amazonía, les advirtió a la pareja que ya que su hijo no estaba bautizado, lo cuidaran bien en la noche porque los duendes se lo llevarían.
El matrimonio no hizo caso alguno de esto ya que no creían en duendes y esas "tonterias", pero a Juan lo dejó un poco pensativo.
Dos días antes de la boda, en la noche, dejaron el bebé en el cuarto donde dormiría. El niño, que no tendría más de 1 año, estaba en su cuna cuando sus padres lo dejaron. A eso de las 12 de la noche, escucharon al bebé llorando y fueron a verlo, pero no estaba en su cuna, al contrario, se encontraba al borde de las escaleras a punto de caerse. La madre lo tomó y lo acunó. Al día siguiente no ocurrió nada y nadie habló del tema.
Esa noche, un episodio parecido volvió a repetirse, con la diferencia de que esta vez el niño apareció al pie de la escalera y ya no lloraba. Al volver a ocurrir esto, Juan se preocupó y dijo que dormiría con el niño pero Marcos se opuso y como él dormía solo, acepataron que fuera él el que durmiera con el niño hasta que lo bautizaran el día de la boda.
Juan se despertó esa tercera noche al oir el sonido de las escaleras. Despertó a su esposa y a todos mientras corría hacia el cuarto del niño. No estaba Marcos ni el bebé, ni en el cuarto ni en las escaleras, pero lograron ver una figura muy pequeña corriendo por el patio hacia los arboles que habian ahi cerca.
El pariente que se iba a casar, Juan, su esposa y los que se habían despertado con el alboroto cogieron unas armas que habían en la cocina y salieron en busqueda del hombrecillo (por no llamarlo duende, pues eso parecía)
Corrieron a travez del bosque, cuando estuvieron cerca le vieron unas orejitas en punta y un cuerpecito chiquitito y regordete. El duendecito se trepó a un arbol y volteó la cabeza para ver donde estaban sus perseguidores. Los perseguidores se quedaron atónitos con lo que vieron; el duende tenía el rostro de Marcos y una sonrisa burlona en la cara. Luego saltó del arbol y cayó en un riachuelo, en el cual se sumergió (o se hundió) y no lo vieron salir.
Cuando el grupo se acercó al riachuelo se dieron cuenta de que el agua no les llegaba ni a las rodillas, ¿Cómo pudo haberse sumergido, aun con su tamaño? ¿Qué le pasó a Marcos esa noche, ya que nadie lo volvió a ver? ¿Y si Marcos fuera el duende, qué fue lo que realmente pasó con él y con el niño?
En la selva peruana (un país latinoamericano) hay muchos mitos y leyendas que se creen son ciertos, aunque mucha gente los da por simples cuentos de viejas.
La historia comienza realmente aqui, cuando un amigo (al que llamaré Juan) viaja junto a su esposa, su hijo pequeño y un amigo (al que llamaré Marcos) a la selva para asistir al matrimonio de un pariente de Juan y amigo de Marcos.
Ya que ese pariente conocía las leyendas de la amazonía, les advirtió a la pareja que ya que su hijo no estaba bautizado, lo cuidaran bien en la noche porque los duendes se lo llevarían.
El matrimonio no hizo caso alguno de esto ya que no creían en duendes y esas "tonterias", pero a Juan lo dejó un poco pensativo.
Dos días antes de la boda, en la noche, dejaron el bebé en el cuarto donde dormiría. El niño, que no tendría más de 1 año, estaba en su cuna cuando sus padres lo dejaron. A eso de las 12 de la noche, escucharon al bebé llorando y fueron a verlo, pero no estaba en su cuna, al contrario, se encontraba al borde de las escaleras a punto de caerse. La madre lo tomó y lo acunó. Al día siguiente no ocurrió nada y nadie habló del tema.
Esa noche, un episodio parecido volvió a repetirse, con la diferencia de que esta vez el niño apareció al pie de la escalera y ya no lloraba. Al volver a ocurrir esto, Juan se preocupó y dijo que dormiría con el niño pero Marcos se opuso y como él dormía solo, acepataron que fuera él el que durmiera con el niño hasta que lo bautizaran el día de la boda.
Juan se despertó esa tercera noche al oir el sonido de las escaleras. Despertó a su esposa y a todos mientras corría hacia el cuarto del niño. No estaba Marcos ni el bebé, ni en el cuarto ni en las escaleras, pero lograron ver una figura muy pequeña corriendo por el patio hacia los arboles que habian ahi cerca.
El pariente que se iba a casar, Juan, su esposa y los que se habían despertado con el alboroto cogieron unas armas que habían en la cocina y salieron en busqueda del hombrecillo (por no llamarlo duende, pues eso parecía)
Corrieron a travez del bosque, cuando estuvieron cerca le vieron unas orejitas en punta y un cuerpecito chiquitito y regordete. El duendecito se trepó a un arbol y volteó la cabeza para ver donde estaban sus perseguidores. Los perseguidores se quedaron atónitos con lo que vieron; el duende tenía el rostro de Marcos y una sonrisa burlona en la cara. Luego saltó del arbol y cayó en un riachuelo, en el cual se sumergió (o se hundió) y no lo vieron salir.
Cuando el grupo se acercó al riachuelo se dieron cuenta de que el agua no les llegaba ni a las rodillas, ¿Cómo pudo haberse sumergido, aun con su tamaño? ¿Qué le pasó a Marcos esa noche, ya que nadie lo volvió a ver? ¿Y si Marcos fuera el duende, qué fue lo que realmente pasó con él y con el niño?
El diablo en la discoteca
Hace ya varios años, a las afueras de la ciudad (bogotá), se inauguraba una nueva discoteca-bar.
El lugar quedaba a unos 10 o 15 minutos de la capital y en esa parte se oían historias de espantos pero nunca se comprobó nada y todo quedó en simples leyendas. Eran 7 amigos ( 3 hombres y 4 mujeres), los 3 hombres tenian cada uno su pareja, es decir que sobraba una mujer en el grupo (la que llamare Ana) pero a ésta no le importó ir sin pareja, con tal de que la llevaran a bailar.
LLegaron al sitio, en esos dias de inauguración, y al acercarse notaron un ambiente frio y espectral... pero no pusieron mucho cuidado y entraron. Pasó la noche y el ambiente estaba delicioso para ellos, buena música, buen servicio, buen trago, en fin, todo iba bien hasta el momento pero Ana que estaba sola, estaba un poco aburrida porque no habia nadie en el lugar que le interesara y aunque varios muchachos la habian sacado a bailar, ésta no aceptaba.
Pasadas las 23:30pm, de la nada (segun cuenta mi amigo), apareció un tipo muy simpático por cierto, muy alto, acuerpado, con una sonrisa impactante y de gabardina negra y sombrero. Se acercó a Ana y la invitó a la pista, le extendió la mano y Ana impactada con él no lo dudo y accedió a bailar con él. Cuando tomó la mano de aquel hombre la sintió muy fría pero Ana no le dió mucha importancia a aquello.
Duraron un buen tiempo bailando y hablando pero según cuenta Ana, él nunca le dijo el nombre y solo se limitaron a hablar de ella y de temas al parecer incoherentes para Ana, pero ella le seguía el juego porque estaba encantada con aquel hombre. Pasadas las 24:00pm de la noche, en medio de la conversacion y aún bailando con Ana, aquel hombre (repito segun cuenta Ana), le dice o advierte a Ana que no mirara sus pies, Ana pregunta por qué y él no responde, sólo dice, "No me mires los pies".
Ana no lo tomó muy en serio en el momento y sonrio y siguió bailando, pero como las cosas prohibidas suelen ser las que mas se hacen y las que mas curiosidad provocan, Ana intrigada por saber por qué aquel hombre le había hecho ésta advertencia, decidió disimuladamente agachar su cabeza y observar los pies de aquel hombre. Y cual sería la sorpresa de Ana, cuando los pies de él, eran unos cascos de animal ( como cascos de caballos o cabras). Ana grito despavorida y aquel hombre gritó con voz retumbante y espectral..y con sus ojos ardientes : " te dije que no me miraras los pies !!! "...
El piano
Esto le pasó a una familia de los E. U., un día fueron a comprar en una tienda de antigüedades y vieron un piano viejo a un muy buen precio, éstos lo compraron y solo eso por que algunas cosas no les gustaron. Ya en su casa instalaron el piano y se fueron a cenar...de repente se escucha una canción proveniente del piano, los habitantes de la casa fueron a ver quién tocaba muy extrañados ya que no había nadie mas que los que estaban cenando que eran: la madre y el padre,y dos hijos que ya eran mayores de edad...
Éstos se asustaron y cubrieron el piano.
En la noche,cuando todos ya se encontraban en sus camas otra vez se escuchaba la misma tonada. Solo bajaron los hijos a ver que pasaba y para su sorpresa el piano estaba destapado y pareciera que alguien estaba tocando el piano porque las teclas se subían y bajaban. Ambos corrieron a sus habita ciones y no salieron hasta el día siguiente.
Los padres decidieron sacar el piano para el porche y ahí se quedó.
Esa misma noche otra vez empezó a tocar.
Los padres ya horrorizados llamaron al antigüo dueño del piano,este había desaparecido junto con la tienda de antigüedades que quedó como el local sucio y vacío de antes.
Entonces decidieron ir a tirarlo a un lugar abandonado.
ya de regreso encontraron el piano dentro de su casa con la tonada y hasta la actualidad no se han podido librar de él...
En el infierno
Cuando logro abrir los ojos veo que me encuentro sumergida en un escenario de lo más horrendo.
Esto parece una habitación de una fábrica abandonada o algo por el estilo.
Las paredes están carcomidas de óxido, las toco y hay algo húmedo… maldita sea ¿Es sangre?
Trato de ponerme de pie pero hay una cadena que amarra mi tobillo y no me deja moverme.
Tengo miedo. No se donde rayos estoy ni como llegué ahí.
Lo último que recuerdo es que estaba en el baño de mi escuela, dirigiéndome hacia la puerta para regresar a mi clase.
Luego la oscuridad.
El ambiente huele a metal y a putrefacción, mi estómago no demora mucho en sentir las potentes ganas de vomitar. Conteniendo las arcadas, me arrastro un poco más por el mugriento suelo y veo una ventanilla cerca de mí.
Está llena de polvo, la limpio con la manga haber si consigo ver algo.
Lo logré.
Me asomo cuidadosamente y veo unas sombras moviéndose.
Aguzo la mirada y consigo ver mejor lo que ocurre.
Hay una niña sentada en el suelo, tiene la misma cadena que yo en el tobillo, impidiéndole moverse. Tiene un rostro delicado, es mucho menor que yo y usa un uniforme escolar que se me hace familiar, pero no es el mismo que estoy usando.
Está llorando, todo de ella está temblando y desde aquí puedo escuchar sus sollozos. Demonios… ¿Qué es este lugar?
Entonces veo a una persona que se acerca. Está usando una clase de sotana, pero no le veo el rostro. No está sola, otro ser se acerca por detrás.
¿Todo está listo? pregunta una de ellas. Tiene voz femenina.
Si afirma su acompañante, que es un hombre.
Perfecto.
¿Deberíamos de llevarla ya?
No. Va a ser aquí mismo, no quiero ningún testigo que no seamos nosotros.
Como tú digas… ya te he traído las cosas y el hombre fue a traer una caja.
La mujer se arrodilló para ver a la niña.
¿Cómo te llamas? le preguntó.
Adele Collins respondió con voz angelical y delicada, sorbiéndose los mocos.
Bien. Y dime Adele… ¿Sabes que haces aquí?
La niña negó y la mujer le sonrió.
Eres muy especial Adele. ¿Lo sabes verdad? Yo he escuchado cosas de ti, me han dicho que eres distinta a los demás niños de tu edad. Haces cosas… que sobrepasan la lógica ¿O no?
Adele miró a la mujer fijamente.
Quiero ver a mi mamá.
La mujer volvió a sonreír.
Vamos a hacerte normal, Adele. Tu mamá desearía que fueras normal como los demás niños y vamos a ayudarle. Y vas a colaborar con nosotros ¿Bien? Esos poderes que tienes no son buenos, Adele, vas a hacerle daño a muchas personas y vamos a acabar con esto de una vez. No temas… todo esto es por tu bien.
Sentí un escalofrío en todo el cuerpo. ¿Esa niña tenía el mismo problema yo? Si... yo recordaba muy bien las cosas que podía hacer. Yo sabía que no era normal.
En un fugaz momento recordé como mis compañeros de aula me amenazaban y se burlaban de mi... solo porque no era igual, hacía cosas que sobrepasaban la lógica, así como Adele... Oh Dios.
La primera vez que me ocurrió fue cuando yo tenía cinco años, uan tarde de Mayo me estaba sintiendo tan triste porque mi mamá estaba enferma que comencé a llorar con desenfreno... todos los platos de la cocina se cayeron con mi llanto y las luces parpadearon.
Fue solo el comienzo de los desastres que mi ánimo lograba hacer.
Adele sufría de lo mismo... quizás.
El hombre sacó entonces una tiza de la caja y comenzó a dibujar algo en el suelo, yo no podía ver bien que cosa era. La mujer desencadenó a Adele y la sostuvo con fuerza.
Apresúrate Connor dijo la mujer con frialdad y su acompañante le hizo caso.
Sacó una caja pequeña de fósforos, una botella negra y después de mantuvo en silencio.
Comencemos dijo la mujer sonriendo.
Tumbó a la niña en el suelo mientras la criatura lloraba con fuerza desgarradora, eran gritos aterradores, tuve que hacer una fuerza tremenda para no gritar también del miedo que sentía.
La mujer encadenó a Adele con unos grilletes que yo había pasado por desapercibidos, de tal manera que la niña no podía moverse más y estaba dentro del extraño dibujo del hombre.
¡Purificad! exclamó la mujer levantando los brazos – ¡Atrás espíritus malignos! ¡Dejen en paz a esta criatura!
El hombre roció a la niña con el líquido de la botella y sacó unos fósforos.
Lo que sigue, hizo que me cubriera el rostro con las manos y comenzara a llorar del miedo.
Adele comenzó a gritar de forma sobrenatural, jamás iba a olvidarme de aquellos gritos tan espantosos.
De reojo pude ver que su cuerpo se carbonizaba y la mujer seguía diciéndole cosas a la nada, como si hablara con alguien que no existiera.
¡Quiten sus poderes sobrenaturales y demonizados de este ser! ¡Atrás, malignos! ¡Sententia Excelsus! ¡Malignus Anima!
La niña seguía gritando y entonces poco a poco, el silencio llegó.
Me estaba cubriendo la boca para no gritar, las lágrimas me caían por las mejillas como un torrente que no paraba.
¿Qué era ese maldito lugar? ¿Qué estaba haciendo ahí? Dios mío… ¿Qué está pasando?
El hombre arrojó una cubeta de agua sobre el cuerpo de Adele poco después.
Parecía que se seguía moviendo, pero no se si mi vista que me estaba fallando.
Hemos terminado con una dijo él.
Nos falta purificar a las demás niñas, Connor. Una naturaleza perversa les ha dado aquellos poderes tan sobrenaturales… tenemos que purificarlas antes que sea tarde, la cazería tiene que continuar. Luego llama a los demás, tendremos la ceremonia final dentro de unas horas.
Vamos, aún hay más en las demás celdas.
Y vi que desaparecían, dejando el carbonizado cuerpo de Adele.
La observé, totalmente quemada y vi que se movía.
Sus ojos que casi ya no existían se posaron en mí.
Hu… escuché –Huye… dijo con voz entrecortada y con un dificultoso suspiro, dejó de moverse.
Escuché unos pasos que se acercaban a la habitación donde me encontraba.
Saqué un rosario que tenía colgado del cuello y miré el cuerpo de Jesucristo.
Ayúdame susurré cerrando los ojos con fuerza –Ayúdame.
Me abracé a mi misma en el suelo y traté de olvidarme donde me encontraba.
Quise dormir, tratando de dominar mi miedo.
Llegó el silencio y la obscuridad antes que los pasos se hicieran más fuertes.
No sé que me ocurrió después.
Vigila las patatas
En una pequeña ciudad de España, un padre que tiene un pequeño bar, contrata a su hijo en verano para que le eche una mano con los turistas que llegan a la ciudad en esas fechas. El hijo no es muy trabajador, de hecho es bastante despiste, por lo que su padre le encomienda pocas tareas y todas ellas fáciles.
Una tarde-noche, con el bar aún vacio, el padre debía ausentarse una media hora, por lo que dejó encargado del bar a su hijo. No había nadie, por lo que lo único que tenía que hacer era prestar atención a unas patatas fritas que había dejado friendo en la freidora. El chico le dice que no se preocupe, pero viendo un partido de fútbol que echaban por la tele se olvida de las patatas. El teléfono suena a los pocos minutos y al responder oye una voz que le dice "vigila la freidora" y cuelga.
El chico piensa que es una broma del padre, pensando que se le habían olvidado las patatas. Pero aún era pronto para ir a verlas, por lo que sigue mirando el partido. Pocos minutos más tarde vuelve a sonar el teléfono. Lo vuelve a coger y es la misma voz de antes con la misma advertencia. Aún no es hora de sacarlas, pero alertado por esas dos extrañas llamadas de teléfono, decide ir a ver qué es lo que pasa.
Una vez delante de la freidora se da cuenta de lo que le advertía el teléfono. Al levantar la cesta de las patatas, descubrió la cabeza de su padre, medio frita.
Dile a mis padres
Después de haber reñido con sus padres por una fiesta a la que no le dejaban ir, una joven chica decide a pesar de todo ir. Para ello se escapa de casa saliendo por la ventana de su habitación. Una vez en la fiesta, conoce a un chico más mayor que ella. Hablan, ríen,... hasta que él le propone ir a otra fiesta, mucho más animada que la que están. Ella acepta (el chico le gusta mucho) y van en el coche de él. Una vez en la fiesta nueva, el chico bebe más de la cuenta a lo que la joven se siente incómoda y le pide que la lleve a la otra fiesta, donde están sus amigos. Él accede, pero en el trayecto de vuelta sufren un brutal y terrible accidente.
Cuando la muchacha se despierta, está en la cama de un hospital. Una enfermera le cuenta que su amigo que conducía había fallecido y que también habían muerto los pasajeros del otro coche. El dolor de su alma era muy fuerte. Pero el de su cuerpo más. Sintiendo que su muerte estaba próxima, la muchacha pidió a la enfermera de decirles a sus padres que les quería, que estaba muy dolida por haberles desobedecido y que no se reprocharan nada, que todo esto había sido sólo culpa suya.
Poco tiempo después la muchacha murió. Pocos minutos después llegaron los amigos de la chica, que fueron al hospital nada más enterarse del trágico accidente. Uno de ellos le pidió a la enfermera si la chica había dejado un mensaje para sus padres. Pero la enfermera contestó que no, que no había dicho nada. Otra enfermera escuchaba la conversación y se intrigó mucho, porque ella sabía que la chica sí había dejado algo para sus padres. Al preguntarle a su colega porqué había mentido, ésta contestó que no sabía qué decirles, porque las dos personas que habían muerto en el otro coche... ¡¡¡eran los padres de la chica!!!
Perro fiel
Una joven debe pasar la noche sola en su casa. Su única compañía es la de su perro: un perro fiel y cariñoso que siempre está a su lado. Poco tiempo antes de de acostarse, ella escucha en la radio que un loco peligroso se ha escapado del hospital psiquiátrico. La joven se asusta. El hospital psiquiátrico está próximo a su casa. Está asustada, pero sabe que el perro siempre estará a su lado y la alertará si pasa algo raro. Efectivamente, el perro duerme al lado de su cama y ella cada vez que sacaba la mano de la cama, éste se la lamía.
Durante la noche, la chica se despertó al escuchar ruidos extraños que venían del cuarto de baño. Se asustó, pero no había oído a su perro ladrar así que no se sobresaltó. Sacó la mano para ver si el perro seguía a su lado y, efectivamente, allí estaba él, que le lamió la mano.
A la mañana siguiente la chica se sorprende de no ver al perro a su lado, pero piensa que quizás tenía hambre y estaba abajo, junto a su comida. Le llama... pero el perro no contesta. Extrañada va al cuarto de baño para lavarse un poco. Al llegar allí aterrorizada descubre a su perro degollado en la bañera. Sobre el espejo, con sangre, había una frase escrita que la dejó aún más blanca: "Los hombres también sabemos lamer".
La muñeca de porcelana
"¡Mamá, quiero esa muñeca!" Dijo la pequeña Isabel totalmente nerviosa por tener una nueva muñeca. "Volveremos mañana para comprártela, ¿vale? pero recuérdamelo, Isabel" le contestó su madre en la misma tienda de antigüedades.
Isabel tenía sólo siete años y medio, pero ella podía tener todo lo que le gustaba gracias a su mirada de pena que les ponía a sus padres. Esa misma noche, la pequeña tuvo dificultades para dormirse ya que sólo pensaba en su futura nueva muñeca. Incluso si tenía un brazo menos, era la muñeca de porcelana más bonita que había visto nunca. Ella tenía muchas, pero esa iba a ser la más bonita de su colección.
A la mañana siguiente, Isabel desayunó viendo sus dibujos favoritos, como cada mañana. Había soñado tanto con su muñeca que tenía sueño, estaba cansada y ya no quería esa muñeca. Ya no le gustaba. Así que pasó el día enjugazada con otras cosas y no le recordó a su madre que tenían que ir a por la muñeca, porque ya no la deseaba.
Llegó la noche e Isabel fue a acostarse al piso de arriba. Ella tenía miedo de estar arriba sola, así que su madre subía con ella y se ponía en la habitación de al lado a coser. Una media hora más tarde de haberse acostado, una voz aguda despertó a la niña susurrándole al oído: "Subo 1, 2, 3 escalones..." La pequeña Isabel gritó asustada llamando a su madre: "Mamá, hay alguien en la escalera que hace ruido" Su madre la tranquilizó diciendo que no había nada en absoluto. En cuanto la madre abandonó la habitación, Isabel volvió a oír ese susurro que le dijo "Subo 4, 5, 6 escalones..." De nuevo Isabel llamó a su madre. Su madre le volvió a contestar que se tranquilizara, que sería el ruido del frigorífico.
Pero la pequeña voz continuó subiendo las escaleras: "Subo 7, 8, 9, 10 escalones y ya estoy en el pasillo", repitió la pequeña voz con una risa sarcástica.
A la mañana siguiente, la madre de Isabel se sorprendió de despertarse antes de ella. Pero pensó en las dificultades que había tenido para dormirse y pensó que estaría cansada. Pero transcurrida una hora le pareció raro que aún no se hubiera despertado, por lo que subió a ver cómo estaba su hija. La madre gritó con terror viendo a su hija ahogada en su propia sangre y apuñalada más de 17 veces, con el brazo arrancado y viendo a esa pequeña y adorable muñeca de la tienda de antigüedades con el brazo de su hija como sustituto del suyo.
Ayudame
Una familia acababa de mudarse a una nueva casa cerca del bosque. Es una casa más grande, en un pueblecito tranquilo, los niños tienen sitio para jugar y los padres están tranquilos,... Todos estaban muy a gusto en su nuevo hogar. El padre trabajaba y debía ausentarse de casa una semana de cada dos por motivos laborales.
Una noche, mientras la madre leía en el salón, el hijo mayor no estaba en casa, pero la hija más pequeña ya dormía. Cuando Carlos, el hijo mayor, volvió a casa le comentó a su madre algo que le tenía preocupado de hace días. Y es que llevaba días observando a Caterina, su hermana pequeña, mientras dormía y ésta actuaba de forma extraña por la noche desde que se habían mudado a la nueva casa.
La pequeña hablaba durante su sueño y estaba muy agitada y nerviosa. Su madre no había observado nada, pero dijo que empezaría a hacerlo a partir de ese momento. Cuando Carlos se marchaba a la cama, pasó delante de la habitación de su hermana para echar una ojeada, y la vio sentada en la ventana mirando fuera. Enseguida bajó a advertir a su madre. Subieron los dos y al verla su madre pensó que probablemente la niña era sonámbula. La volvió a poner en la cama.
Pero la historia se repitió noche tras noche y la pequeña niña llegaba incluso a salir fuera de la casa para jugar en la parte trasera de la casa, en el patio.
La madre cada vez estaba más inquieta a causa de su comportamiento y decidió hablarlo con su marido a su vuelta. Ambos propusieron llevarla al psiquiatra y que la tratase. Pero la niña continuaba yendo al patio trasero, a intentar hacer en el suelo agujeros con su pala. Cavaba, cavaba... siempre cavaba sin cesar. Y siempre en el mismo sitio. Los padres llegaron a preguntarle a la niña dormida porqué hacía eso. La niña respondía que alguien le pedía ayuda.
Tras varias semanas viendo a su hija cavar diciendo que oía que la llamaban voces pidiendo ayuda, la familia no pudo más y decidieron cavar ellos en el punto dónde cavaba la niña. Cavaban más y más profundo, intentando encontrar una solución. Y la encontraron. En el punto donde la niña cavaba encontraron la solución al porqué Caterina actuaba así. ¡Encontraron un esqueleto de una niña!
Escandalizados, llamaron a profesionales para hacer una búsqueda y supieron que hacía dos años atrás desapareció una niña en el pueblo. La buscaron durante mucho tiempo pero nunca la encontraron. De una sola vez se habían resuelto ambos interrogantes.
Una noche, mientras la madre leía en el salón, el hijo mayor no estaba en casa, pero la hija más pequeña ya dormía. Cuando Carlos, el hijo mayor, volvió a casa le comentó a su madre algo que le tenía preocupado de hace días. Y es que llevaba días observando a Caterina, su hermana pequeña, mientras dormía y ésta actuaba de forma extraña por la noche desde que se habían mudado a la nueva casa.
La pequeña hablaba durante su sueño y estaba muy agitada y nerviosa. Su madre no había observado nada, pero dijo que empezaría a hacerlo a partir de ese momento. Cuando Carlos se marchaba a la cama, pasó delante de la habitación de su hermana para echar una ojeada, y la vio sentada en la ventana mirando fuera. Enseguida bajó a advertir a su madre. Subieron los dos y al verla su madre pensó que probablemente la niña era sonámbula. La volvió a poner en la cama.
Pero la historia se repitió noche tras noche y la pequeña niña llegaba incluso a salir fuera de la casa para jugar en la parte trasera de la casa, en el patio.
La madre cada vez estaba más inquieta a causa de su comportamiento y decidió hablarlo con su marido a su vuelta. Ambos propusieron llevarla al psiquiatra y que la tratase. Pero la niña continuaba yendo al patio trasero, a intentar hacer en el suelo agujeros con su pala. Cavaba, cavaba... siempre cavaba sin cesar. Y siempre en el mismo sitio. Los padres llegaron a preguntarle a la niña dormida porqué hacía eso. La niña respondía que alguien le pedía ayuda.
Tras varias semanas viendo a su hija cavar diciendo que oía que la llamaban voces pidiendo ayuda, la familia no pudo más y decidieron cavar ellos en el punto dónde cavaba la niña. Cavaban más y más profundo, intentando encontrar una solución. Y la encontraron. En el punto donde la niña cavaba encontraron la solución al porqué Caterina actuaba así. ¡Encontraron un esqueleto de una niña!
Escandalizados, llamaron a profesionales para hacer una búsqueda y supieron que hacía dos años atrás desapareció una niña en el pueblo. La buscaron durante mucho tiempo pero nunca la encontraron. De una sola vez se habían resuelto ambos interrogantes.